En una región como la Ribera del Duero, tradicionalmente reconocida por sus tintos robustos y longevos, sorprenderse con un vino rosado puede parecer poco probable. Sin embargo, la bodega Pinna Fidelis, ubicada en la histórica villa de Peñafiel (Valladolid), ha conseguido precisamente eso: redefinir los límites de lo que puede ser un vino rosado con una propuesta singular, elegante y profundamente gastronómica.

Se trata del Pinna Fidelis Rosado Fermentado en Barrica, un vino que rompe con las convenciones del estilo y ofrece una experiencia sensorial inesperada, más cercana a un blanco con estructura o incluso a un tinto joven con finura, que a los rosados ligeros y frutales a los que el mercado nos tiene acostumbrados.

Un proceso artesanal y exclusivo

La elaboración de este vino comienza con una cuidadosa selección de uvas 100 % Tempranillo, procedentes de los viñedos más frescos de la bodega. La vendimia es manual, se realiza de madrugada y busca preservar al máximo la frescura de la fruta. Tras una breve maceración pelicular en frío que permite extraer color y aromas sin sobrecargar el vino, el mosto se traslada directamente a barricas nuevas de roble francés, donde se lleva a cabo la fermentación alcohólica.

Allí permanecerá entre 4 y 10 meses, en contacto con sus lías finas y con frecuentes batonnages que aportan volumen, untuosidad y una textura sedosa. El resultado es un vino rosado con alma de blanco estructurado, o incluso de tinto refinado.

La producción es limitada y exclusiva —no más de 3.000 botellas por añada—, y cada ejemplar se presenta numerado, lo que añade un valor añadido de autenticidad y cuidado al detalle.

Perfil sensorial complejo y sofisticado

A la vista, el vino muestra un tono fresa pálido con reflejos cobrizos, brillante y glicérico. En nariz, sorprende por su intensidad y complejidad aromática: fruta roja madura, pétalos de rosa, notas especiadas, vainilla y un fondo tostado que denota la crianza en barrica, sin dominar el conjunto.

En boca, el rosado fermentado en barrica de Pinna Fidelis es amplio, fresco y profundo. Presenta un gran equilibrio entre acidez y volumen, con una persistencia larga y elegante. No se trata de un vino de terraza ni de un rosado estacional: es una propuesta seria, gastronómica y estructurada, pensada para disfrutar durante todo el año.

Un vino rosado para la alta cocina

Por su carácter, el Pinna Fidelis Rosado Fermentado en Barrica encuentra su mejor expresión acompañando platos elaborados, desde arroces marineros y pescados grasos hasta carnes blancas, foie, pastas con salsas complejas o incluso cocina asiática. En definitiva, un vino con capacidad para dialogar con la cocina contemporánea y con espíritu de maridaje.

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